Reflexiones e ideas para hablar con tus hijos sobre elegir carrera
En el último círculo de mujeres surgió el tema de la vocación y me inspiró a escribir sobre el momento de escoger carrera. Recuerdo que, a mis 18 años, cuando tuve que elegir una carrera, no me permití pensarlo dos veces. Acepté los consejos y fui a lo que me dijeron que me daría dinero. No tenía ni idea de lo que era trabajar cada día, 5 días por semana, 4 semanas al mes, para tener vacaciones 1 o 2 veces al año, con suerte.
Al principio todo iba bien, hasta que una asignatura empezó a costarme muchísimo, justo se llamaba «costos». Gracias a esa materia que me resultó horrenda, pude decidir, luego de 2 años, cambiar a una carrera que me apasionaba. Pero no veía cómo iba a vivir de ella. Creía que no me daba la cabeza para estudiar, así que pensé, perdido por perdido, lo intento. Finalmente, la carrera me encantó y descubrí que, si no hay ningún problema biológico, cualquiera puede estudiar con constancia, voluntad y deseo. Cuando aconsejamos a los jóvenes sobre elegir carrera, a menudo borramos el deseo de un plumazo, sin considerarlo en el consejo.
El desafío de elegir carrera a los 18 años
Esta introducción es para ejemplificar lo incoherente que puede ser pedirle a un adolescente de 18 años que elija algo para toda su vida. No todos habrán pasado por esto, pero seguro que muchas personas sí.
Aquí algunas cuestiones que hacen que elegir carrera sea algo muy desafiante:
Mucha gente no sabe qué quiere hacer de su vida a los 40 años, imaginemos a los 18.
La adolescencia en un período donde la identidad está muy en juego. Hay muchas dudas sobre quién se es y esto dificulta más la elección. Además se intenta satisfacer las expectativas ajenas y esto lleva a decisiones que darán infelicidad.
A esta edad comenzamos a entrar en el mundo real. Se exige tener claro qué vamos a querer ejercer toda nuestra vida, cuando aún no sabemos lo que significa ir a trabajar.
Las expectativas sociales y familiares presionan. Se espera que nuestro trabajo sea nuestra pasión, que disfrutemos de trabajar cada día, que seamos exitosas y ganemos mucho dinero. Cada familia lo vea o no, expresa sus expectativas, muchas veces basadas en fracasos propios.
- No está bien visto tener indecisión, cambiar de carrera o comenzar de cero.
- Estas presiones generan mayor confusión y desesperación. Ninguna de las dos es amiga de la toma de decisiones.
Un poco exigente, ¿no?
Pero entonces: ¿Cómo hablar con los adolescentes sobre elegir carrera?
He sacado algunas conclusiones de mi propia experiencia y mis conocimientos. Te comparto abajo algunas reflexiones que pueden ayudarte en este proceso.
¿Dinero o pasión?
He escuchado a muchos adultos recomendar a los adolescentes que estudien algo que les dé dinero. ¡Qué pena me da! ¡Cómo perdemos esa maravillosa oportunidad de transmitirles un consejo de valor!
Entiendo el consejo y el temor de los padres por el futuro de sus hijos. Pero si un adolescente se acerca a pedirnos consejo sobre elegir carrera, tenemos una oportunidad hermosa de transmitir algo realmente valioso.
Me parece muy importante que no tiene por qué haber una elección entre el dinero y la pasión. Ambas cosas pueden ir de la mano. Tal vez encontrar la forma lleve tiempo o trabajo, pero vale la pena.
Si la situación requiere de dinero rápido y no se puede esperar, también se puede trabajar mientras se estudia. O tal vez hay que mantener dos actividades a la vez por un tiempo. Esto puede implicar esforzarse más pero no habrá que sacrificar el deseo.
Si solo transmitimos que el objetivo es el dinero o el éxito, lo que enseñamos es a sacrificar los propios deseos. Detrás de esto solo hay miedo y falta de confianza.
¿Qué vida les espera basada en estos valores?
De esa manera, también instauramos la lógica: deseo y dinero, van separados y esto no tiene por qué ser así. Muchas veces esta lógica, puede volverse una condena.
El miedo detrás de la exigencia
Con respecto al miedo que podemos sentir los padres de que nuestros hijos no logren un sustento económico, te dejo estos consejos.
- Transmitir desde pequeños que sus elecciones tienen consecuencias y que deben hacerse cargo de ellas. Implica dejarlos decidir y tomar responsabilidades de manera gradual.
- Mostrar que las cosas no son gratis. Fomentar el ahorro, la consciencia de que a veces se puede y otras no.
- Transmitir que no se trata solo de deseo, sino también de responsabilidades.
Incorporar este concepto de a poco permitirá que, cuando llegue la hora de escoger una carrera o actividad laboral, tengan claro que no se trata solo de estudiar o trabajar. Deben hacerse cargo de sí mismos y de sus elecciones. No pueden vivir solo del deseo, también hay responsabilidades.
Reflexiones para padres y adolescentes
A mis 37 años he aprendido estas cosas sobre el tema que hablamos:
- No hace falta estudiar una sola cosa ni hacer lo mismo toda la vida. Formarse es importante porque permite dar lo mejor en lo que queramos hacer.
- No pasa nada si estudias algo y luego cambias. Saber cambiar de idea es una virtud. Darse cuenta de que te gusta otra cosa o que eso que escogiste no te gusta y seguir buscando muestra madurez y autoconocimiento.
- No hay por qué soportar algo porque ya se eligió. Esto es una condena de infelicidad.
- Me parece maravilloso que una persona pueda formarse en muchas cosas y variadas. Esto amplia sus posibilidades y enriquece la persona y su trabajo con conocimientos diversos.
- Es importante darse el permiso para explorar e ir construyendo un camino. Nada es definitivo, todo se va construyendo.
- Definitivamente poner el corazón en lo que hagas, te hará más feliz y te permitirá hacerlo mejor.
No sé qué le diré a mi hijo cuando me plantee esto (ni si me lo planteará). Pero me gusta la idea de decirle, que escoja algo que le interese, que le guste, que le de curiosidad, que lo encienda. Y que luego vaya viendo, que vaya armando el camino, según lo vaya sintiendo. Y que sobre todas las cosas, no es una decisión tan trascendental, que puede cambiarla cuando quiera. Y por supuesto, que es él quien va a transitar la carrera y si luego lo elige, trabajar de eso, así que nadie mejor que él para ir probando. Pero claro está, que será él, el que tenga que hacerse cargo de las consecuencias que todo esto acarree. Siempre con nuestro acompañamiento.
Reflexiones finales
En resumen, te animo a hacer esto antes de hablar:
- Sentarte a pensar en ¿Qué quieres transmitir a tus hijos?
- ¿En qué estás basando tus comentarios? ¿Tal vez en tus propias frustraciones o deseos no realizados? ¿En tus propios errores?
- ¿Lo que buscas es que sean felices? ¿Que tengan dinero? ¿Que tengan éxito? ¿De quién es la vida que queremos que vivan?
Hoy sabemos que tener una vida que no nos gusta, nos lleva al sufrimiento y la enfermedad. ¿Es este camino el que les estamos aconsejando?
¿Es necesario que en el momento en el cual salen a la vida, les demos reglas tan rígidas y determinantes o podemos más bien abrir posibilidades?
Si estás pasando por este momento y te gustaría tener acompañamiento, escríbeme!
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