El ego y el ser: diferencias y dinámica
Cuántas dudas que escucho a diario sobre la dinámica entre el ser y el ego. Que uno es bueno, que el otro es malo, que cómo lo anulo, etc, etc. En este artículo comparto algunas reflexiones sobre la dinámica entre el ego y el ser, porque no se trata de anularlos sino de tenerlos en equilibrio.
¿Quién es el bueno en esta dinámica, el ego o el ser?
A veces escuchamos que el ego es bueno. Si una persona tiene mucho ego, puede que sea valorada, sobre todo en algunos ámbitos, como las grandes corporaciones. La gente dice “¡Qué ego!” como con admiración. Se interpreta el ego como amor propio.
Sin embargo, también hay una especie de moda de crítica y rechazo alrededor del ego, tener ego es visto como malo. El ego como enemigo, algo contra lo que luchar.
En ambos escenarios, estaríamos en problemas. Si lo único que nos mueve es el ego, puede que caigamos en el terreno del narcisismo, de la soberbia, del despotismo, del egoísmo, de no ver ni incluir a los demás.
Finalmente puede que nos sintamos mal, vacías, solas y nuestro ánimo irá de arriba hacia abajo tan rápido como cambien las opiniones de los demás, sobre nosotras.
En cambio, si tratamos de eliminar a nuestro ego (como si pudiéramos), no solo será una batalla inútil, sino que nos dejará con sentimientos de culpa y generará violencia contra los demás cada vez que veamos en ellos nuestro ego reflejado. En otros casos, podrá generar otro tipo de síntomas más comprometedores.
Entonces ¿Qué postura tomar en cuanto a la dinámica entre el ego y el ser?
Cada una responderá esta pregunta a su manera, para que puedas pensarlo con más información, te comparto algunas reflexiones.
El ego y el ser: dos caras de una misma moneda
El conflicto planteado más arriba sobre la dinámica del ego y el ser, donde siempre parece haber un villano, parte de la creencia de que el ser y el ego son dos opuestos.
Sin embargo, el ego y el ser, se complementan y se contienen el uno al otro. Te dejo este artículo con un poco más de información sobre el funcionamiento de los complementarios.
Me imagino al ego y al ser como una circunferencia, formada por una bola roja en el centro (el ser) y un aro verde (el ego) alrededor, ambas giran sin parar en un equilibrio.
Características del ego
El aro verde que está por fuera, el ego:
- Es el que conduce.
- El que nos mantiene a salvo, nos hace ver los peligros para poder defendernos.
- Nos envalentona cuando así lo necesitamos para salir adelante.
- Nos ayuda a movernos, a sobrevivir.
- Es el que nos da esa sensación de “yo” que necesitamos sí o sí para construir una identidad, una pertenencia, para sentir seguridad.
- Es el que nos lleva por la vida diciendo “yo soy esta y me identifico con todas estas cosas”.
- Es el que nos brinda la sensación de individualidad necesaria para diferenciarnos de los demás y no perdernos en la masa, pero también de establecer vínculos y compromisos, nos permite poner límites.
- Nos permite sobrevivir y tener contacto con la realidad.
- Es parte de nuestra personalidad, una máscara que usamos para poder recorrer la vida encajando en sociedad. Sin el ego, no podríamos lograr nada, porque para cualquier cosa, necesitamos algo que nos represente en la sociedad, un eje, una cara, unas normas, etc.
Y lo más importante, es imposible deshacerse del ego, de hecho, una persona que no asume esto, se verá mucho más tomada por el ego que quien sí lo asume.
Características del ser
En cambio, la bola roja de dentro de la circunferencia, el ser:
- Es la encargada de impulsar, es la chispa, es el deseo.
- Es la que permite que nos sintamos bien, genuinas, que nos sintamos plenas con nuestra vida, felices.
- Nos mantiene en el amor hacia nosotras y hacia los demás, es la que nos permite mejorar el lugar en el que estamos sintiéndonos parte de todo.
- Gracias al ser podemos encontrar nuestra esencia, nuestro verdadero camino y encontrar un sentido a nuestra vida.
- El ser da paso a la vida, al amor, a la consciencia, a la creatividad y la unión con el todo.
¿Qué ocurre cuando la dinámica entre el ser y el ego está en desequilibrio?
Si estos dos están en equilibrio está todo bien, pero ¿Qué pasa cuando el ego comienza a desbordarse y ocupa el lugar del ser?
Comienzan los síntomas, de todo tipo: físicos, psicológicos, paradójicamente puede ocurrir que nos esté yendo muy bien a nivel laboral o que logremos tener éxito.
Esto seguirá avanzando hasta que al final, pinchará tanto al ser, a esta bola del centro, que la bola inundará al ego y ocupará todo su lugar. Esto sería algo así como cuando nos damos la cabeza contra la pared para evolucionar, para cambiar. Las famosas crisis que nos permiten crecer. Pero, claro, el proceso puede ser doloroso, porque seguramente implicará muchos duelos.
O sea que, a medida que el ego crece, se acerca más al ser y viceversa.
Si por el contrario, la bola roja del centro, el ser, ocupara toda la circunferencia verde, anulando al ego, iríamos por el mundo sin poder apegarnos a nada, sin reponsabilizarnos, solo viviendo en puro deseo, ignorando riesgos, etc. Pero claro que esto no sería posible, o tal vez solo por momentos, porque finalmente aparecería el ego, de quien no podemos, por suerte o por desgracia, deshacernos.
Y del mismo modo en que ocurre con el ego, si esta bola roja crece y crece, cuánto más en el ser estamos, más riesgo corremos de caer nuevamente en el ego. Sería algo así como esos gurús espirituales que al final se consideran iluminados, por dar un ejemplo.
Entonces, ¿Cómo equilibrar la dinámica entre el ser y el ego?
Lo importante es entender que el ego es una parte de nosotras, no es lo que somos, pero sí es parte nuestra. El ego nos ayuda a llevar esa luz que tenemos dentro y que tratamos de que permanezca lo más brillante posible.
¿Cuál es entonces la clave para mantener a estos dos equilibrados? La consciencia.
Conocerte a ti misma y aceptarte, no luchar contra lo que eres, sino aprovecharlo dignamente.
Te doy un ejemplo de cómo, la consciencia sirve para tener en equilibrio al ego y al ser:
Supongamos que estás haciendo algo desde el ego, estás en un reunión y vas a hacer un comentario para recibir aceptación ajena. Si antes de decirlo, reflexionas un momento y te preguntas ¿Para qué diré esto? y la respuesta es, para obtener aceptación, el solo hecho de darte cuenta de esto, hará que deje de interesarte hacer dicho comentario.
Es un ejemplo simple pero representativo y del día a día. Claro, haciendo esto, es muy probable que hablemos mucho menos, pero no es malo, nos dará mucha energía para llevar a cabo nuestros deseos.
Si sientes que necesitas poner un poco en equilibrio al ego y al ser, te acompaño en el camino!
Si te interesa este tema, puedes seguirme para más info cada día.