Reflexiones sobre el uso de etiquetas en personas

Si a ti te han puesto una etiqueta o quieren ponérsela a tus hijos, te dejo algunas reflexiones para que puedas pensar en las ventajas y las desventajas de poner etiquetas. Mi intención no es condenar las etiquetas sino que puedas pensar en su impacto y elegir informada.
En este artículo me refiero a las etiquetas que se ponen a través de diagnósticos como:
- persona altamente sensible
- trastorno de desatención con hiperactividad
- persona con altas capacidades
Son etiquetas que se usan para nombrar las diferencias porque no implican ninguna patología. Esto ocurre tanto en adultos como en niños, pero daré los ejemplos con niños porque es muy claro para poder verlo de esa manera.
¿Las etiquetas son realmente necesarias?
¿Te has dado cuenta de que cada vez existen más etiquetas? Pero, las personas etiquetadas ¿tienen condiciones que antes no existían o siempre han existido? ¿Por qué ahora las etiquetamos? ¿Lo que se etiqueta son patologías o ya estamos etiquetando absolutamente todo?
Ventajas de las etiquetas
La etiqueta:
- Da tranquilidad: al tener un diagnóstico las personas suelen sentir cierta calma porque comprenden que algo pasa. La etiqueta pone un nombre a lo que no entendemos y esto da calma.
- Permite visibilizar algo que sucede, permite tomar consciencia.
Visibilidad: una de las ventajas de las etiquetas
Para ser bien clara daré un ejemplo:
Supongamos que hay un niño con mucha energía física que necesita moverse bastante seguido (algo totalmente normal en los niños). Este niño difícilmente podrá estar 4 horas en clase quieto mirando el pizarrón. Esta necesidad es totalmente natural y no implica patología alguna. Si esta necesidad no se entiende y se le fuerza a soportar, habrá conflictos. El niño se verá desbordado y sucederá algo que seguramente no será aprobado por la escuela.
Hoy se habla mucho de niño-centrismo: priorizar las necesidades del niño. Sin embargo, las escuelas siguen siendo adulto-centristas.
Cuando la escuela ve esta situación que causa molestia porque rompe el orden establecido, hace un test para poner un nombre a lo que ve. Cuando el test dice que este niño tiene TDAH, se quedan tranquilos y le ofrecerán alternativas para que pueda moverse cuando lo necesite, permitiendo que se regule. El razonamiento es: “Ah tiene TDAH entonces tratémoslo de x manera”.
Aquí podríamos preguntarnos:
- ¿Es necesario tener un diagnóstico para hacer eso?
- ¿No podríamos tratar a cada niño considerando su estilo y sus necesidades?
- ¿Por qué esperamos que todos actúen de la misma manera y el que no lo hace necesita un diagnóstico?
Sin embargo, lo bueno de esto es que ahora sabemos que ese niño se comporta de una manera determinada y que hay ciertas acciones que podemos tomar para que todo fluya mejor. Ahora bien, veamos qué precio le estamos poniendo al poder ser conscientes y adaptarnos a las necesidades de los demás.
El por qué de las etiquetas - Desventajas
Muchas veces, los profesores necesitan hacer el test para tener un diagnóstico. Con eso pueden justificar la necesidad de recibir apoyo en las aulas, porque tienen demasiados niños. Entonces el problema no es el niño sino que los recursos se dimensionan considerando que todos los niños funcionan de la misma manera y toleran 4 horas quietos, por dar un ejemplo.
Hoy hay suficiente evidencia científica de que todos los cerebros son distintos. Todos utilizamos la energía de manera diferente. Todos somos neuro diversos y eso no es una patología. A esto se suma que en la actualidad, gracias a todos los estímulos a la velocidad que la tecnología ha aportado a la vida diaria, el cerebro humano puede sostener la atención menos tiempo que hace años. ¿El sistema educativo se ha adaptado a este cambio?
Etiquetas e identidad
Las etiquetas suelen formar parte de la identidad de una persona. Algunas personas que reciben una etiqueta hablan así de sí mismas: «Soy PAS, soy Asperger», etc.
¿Viendo el ejemplo de arriba, sacrificamos entonces la identidad del niño para conseguir recursos por un mal dimensionamiento? o ¿Porque las personas que diseñan los planes educativos desconocen la naturaleza de la niñez?
Es importante tener en cuenta que las etiquetas tienen un peso, que a veces puede convertirse en un estigma. Las etiquetas pueden encasillar, limitar y dejar fijadas a las personas en un rasgo para siempre.
Los niños que se mueven mucho pueden aprender a auto-regularse y adaptarse a los contextos. Es parte del desarrollo natural. Pero si les ponemos una etiqueta fija, ¿Podrán trabajar en flexibilizar esto o lo darán por aceptado y no harán nada para evolucionar?
El razonamiento es: “yo soy PAS así que esto no lo puedo hacer”. “Ella no puede porque es TDAH” y así vamos achicando y limitando las posibilidades. Ni hablar del bullying que pueden sufrir algunos niños por estas etiquetas.
Recordemos que nuestro cerebro es plástico y nuestro sistema nervioso es regulable y reprogramable. Las personas tenemos mucho margen de acción para cambiar nuestra vida y nuestro comportamiento, si así lo deseamos.
La peor desventaja: la medicación
Lamentablemente, muchos niños y adultos también, terminan medicados. Es una pena realmente, medicar a un niño porque no encaja con las reglas del sistema educativo.
Toda medicación arregla una cosa y rompe otra. Dar una medicación cuando no hay una enfermedad, es grave. Y la niñez es justamente un periodo en el que los diagnósticos se deberían escribir con lápiz. Esto significa que los niños están en desarrollo y dejarlos fijados a algo es quitarles posibilidades.
También hay mucho sobre diagnóstico, parece que cualquier niño que atraviesa un trastorno de desarrollo hoy es autista. Que los diagnósticos se hagan con un simple test que puede aplicar cualquier persona, es un riesgo. Probablemente haya un negocio detrás.
Cómo aprovechar las ventajas de las etiquetas.
Las etiquetas en algunos casos pueden ser útiles, pero hay que ser muy conscientes de cómo implementarlas. Lo bueno de las etiquetas es que permiten nombrar las diferencias y nos hacen conscientes de que todos tenemos necesidades diferentes. Es increíble, pero necesitamos poner un título a eso.
Un buen ejemplo es lo que pasa con el colectivo LGTBIQ+. Necesitamos nombrar cada situación para visibilizar que hay personas que quieren algo diferente y que puedan tener derechos igual que cualquier otra persona. ¿Por qué necesitamos un título para reconocer los derechos de las personas? ¿Por qué necesitamos que alguien justifique sus gustos para reconocerlos? En fin, hoy como sociedad necesitamos etiquetar para reconocer.
¿Cuál es la alternativa?
Si necesitas utilizar etiquetas o tus hijos las necesitan. No tiene sentido sentirse culpables por eso pero sí es importante ser conscientes de que:
- Eres mucho más que una etiqueta o un nombre.
- Las etiquetas no te definen.
- La etiqueta solo es un recurso para conseguir las herramientas necesarias, los derechos y para conseguir visibilidad.
- Puedes trabajar en todo lo que quieras para hacer los cambios que desees.
Ojalá algún día no nos cueste tanto aceptar que somos diferentes. Ojalá algún día no sea necesario etiquetar lo que no le ocurra a la mayoría. Ojalá algún día no tengamos que justificar nuestras necesidades HUMANAS con un diagnóstico.
A mí me molestan mucho las luces fuertes. Si voy a un restaurante, tengo que buscar una mesa donde no me dé la luz en la cara. También me molesta si hay muchos sonidos o estímulos diferentes a la vez. A veces, si estoy con gente y pido movernos de lugar por este motivo, lo hacen encantados. Otras veces, hay muchas preguntas: «¿Pero por qué te molesta? ¿Cómo te va a molestar eso?» Tal vez si en ese momento dijera que soy PAS, que tengo un diagnóstico, esas personas dirían: «Ah, vale, entonces nos movemos».
En mi trabajo, nunca me ha servido etiquetar. Al contrario, ver a las personas de esa manera me limita, quita posibilidades. Yo no veo diagnósticos ni patologías, veo personas diferentes.
¿Y tú? ¿Qué piensas sobre las etiquetas?
Si quieres leer más contenido de este tipo, sígueme!