Descubre si estás conectada a tu ser
Uno de los objetivos más comunes entre mis pacientes es: quiero conectar conmigo misma. Sin embargo, muchas no saben cómo hacerlo ni qué significa estar conectada con una misma y por eso consultan. Aunque este artículo no reemplaza el proceso de terapia, aquí te dejo algunas reflexiones sobre lo que significa conectar contigo misma y cómo puedes intentarlo.
¿Qué implica estar conectada con una misma?
Que estés conectada contigo misma implica:
- Que te conozcas. Que conozcas tus partes fácilmente aceptadas y las que no te gustan tanto.
- Que las integres y que te aceptes.
- Que conozcas tu cuerpo, que lo escuches.
- Que identifiques tus emociones, tus sensaciones.
- Que conectes con tu deseo, que sepas lo que quieres y lo respetes.
- Que reconozcas tu valor, que conectes con tu intuición y sabiduría interna.
- Que seas compasiva contigo y con las demás.
- Que hagas el ejercicio a diario para estar en el presente.
- Que fluyas, que aceptes los movimientos, que confíes.
- Que hagas el ejercicio a diario para estar en el presente.
- Que aceptes los movimientos, que confíes.
Comienza ahora
Si aún no haces todo esto, puedes comenzar ahora mismo, solo tienes que reencontrarte con algo que ya está dentro tuyo, comienza por autoconocerte, es un proceso.
La conexión contigo misma evitará que vivas sobre el sueño de otro y puedas evitarla todo lo que quieras, pero traerá síntomas, sufrimiento y enfermedad.
Para conocerse hay que soltar tabúes, mandatos, prejuicios, miedos, traumas, para enfrentar todo esto hay que trabajar la consciencia, conocer tu ego, conectar con tu amor propio, tu autoconfianza.
¿No queda muy claro a qué me refiero? Vamos a verlo al detalle.
Así se ve estar conectada contigo misma (SER)
- Te animas a intentarlo, porque crees en tí. Sabes que tienes valor para dar, aunque sea imperfecto te aceptas así.
- Te lanzas porque confías en que todo irá como tenga que ser y sino aceptas que tendrás algo que aprender.
- Buscas aprender y disfrutar del proceso y no el resultado. Respetas el tiempo que se te va planteando sin forzar nada. No tienes prisa.
- Lo haces por tí y no por la mirada exterior. Si en algún momento te desvías, lo sientes en tu cuerpo, en tus sensaciones.
- Ves con claridad las señales que te marcan el camino. Escuchas tu cuerpo.
- Pones tu energía en mantenerte en el presente y dar tu 100%, que puede variar cada día.
- Si necesitas ayuda, tienes la humildad para reconocerlo y buscarla.
- Disfrutas de dar, no por lo que piensen de ti, sino por el impacto positivo generado. El otro está realmente incluido en tu ecuación.
Así se ve no estar conectada contigo misma (EGO)
- Tu historia, tus heridas, no te permiten confiar en tu propio valor interno y desarrollar autoconfianza. No crees en lo que ofreces o en merecerlo.
- Buscas hacerlo todo perfecto y nunca termina de estar listo. No aceptas la imperfección en ti, ni te tratas con compasión.
- Dudas si comenzar o no porque temes al fracaso, al qué dirán y a la humillación. El miedo gobierna tus decisiones.
- Lo haces para los demás. Sacrificas tu deseo por obtener reconocimiento externo que puede venir en forma de dinero, fama, etc. Solo piensas en el objetivo final. Te pones objetivo tras objetivo creyendo que eso te hará feliz.
- No aceptas lo que sucede. Crees que todo depende de tí, fuerzas las cosas, vives apurada. Se te juega el ser en tu actividad.
- Te reprochas los errores y focalizas tu mente en el futuro y los resultados.
- No conectas con los demás, aún estás en tu lío mental. El otro no está realmente incluido en tu ecuación.
También te comparto esta web donde encontrarás cursos que te ayudarán conectar contigo.