La Microbiota: qué es, funciones, factores que la afectan y cómo cuidarla

La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en diferentes partes de nuestro cuerpo, como la piel, la boca y especialmente el intestino, donde se concentra la mayor cantidad de estos microorganismos. Estos organismos cumplen funciones clave en nuestra salud física y mental, y su equilibrio es esencial para el bienestar general.
Funciones
La microbiota tiene dos funciones fundamentales: defensivas y metabólicas. Actúan en 3 importantes sistemas:
- Endocrino
- Inmune
- Nervioso
Impactando en:
- Función digestiva y metabólica: Ayuda en la digestión de los alimentos y en la síntesis de vitaminas esenciales.
- Nutrición y estabilización de la pared intestinal: Protege la barrera intestinal, evitando que sustancias nocivas ingresen al cuerpo.
- Barrera frente a microorganismos patógenos: Defiende el organismo contra infecciones.
- Control de la inflamación: Una microbiota equilibrada ayuda a prevenir inflamación crónica, asociada con muchísimas enfermedades, incluso autoinmunes y degenerativas.
- Inmunomodulación: Activa y regula el sistema inmunológico, protegiendo contra enfermedades.
- Eje intestino-cerebro: La microbiota produce neurotransmisores y envía señales al cerebro a través del nervio vago, influyendo en el estado de ánimo, el aprendizaje, la percepción, la memoria y el comportamiento.
¿Cómo está compuesta la microbiota intestinal?
Está compuesta por una enorme variedad de microorganismos, incluyendo:
Bacterias: Son los microorganismos más abundantes y diversos en la microbiota, especialmente en el intestino. Algunas bacterias son beneficiosas y ayudan en la digestión y el sistema inmune, mientras que otras pueden ser perjudiciales si se encuentran en desequilibrio.
Virus: Aunque a menudo se asocian con enfermedades, muchos virus presentes en la microbiota no son dañinos y conviven en armonía con nuestro organismo.
Hongos: Aunque en menor proporción, los hongos también forman parte de la microbiota. Al igual que las bacterias, pueden ser beneficiosos o perjudiciales dependiendo de su equilibrio.
Arqueas: Son microorganismos menos conocidos, pero juegan un papel en la digestión, especialmente en la producción de metano en el intestino.
Lo más importante: La composición de tu microbiota es un reflejo de tu contexto y estilo de vida. Desde que nacemos, nuestra microbiota comienza a desarrollarse y modificarse. En un inicio, cuando venimos al mundo, tenemos muy poca, y es la primera exposición a la microbiota de nuestra madre la que nos inicia en esta compleja y vital relación con los microorganismos. A lo largo de nuestra vida, esta composición sigue evolucionando y adaptándose a medida que cambiamos de entorno, hábitos y experiencias. En resumen, somos las creadoras de nuestra propia microbiota, es decir de nuestra propia inmunidad.
La diversidad y el equilibrio entre estos microorganismos son clave para mantener la salud. Cuando hay un desequilibrio, se produce Disbiosis.
Factores que afectan a la microbiota intestinal
La microbiota es sensible a una variedad de factores externos e internos, principalmente a los hábitos como:
- Alimentación: Dietas ricas en alimentos procesados y azúcares afectan negativamente a la microbiota, mientras que una dieta rica en fibras y alimentos fermentados la favorece. La clave es la alimentación no inflamatoria.
- Estrés: El estrés crónico genera un estado inflamatorio que perjudica la microbiota. Es probablemente uno de los mayores detonantes.
- Soledad y vínculos sociales: La interacción social saludable beneficia a la microbiota, mientras que la soledad la desequilibra. Siendo uno de los factores más potentes a la hora de enfermar.
- Medicamentos: Los antibióticos y ciertos fármacos alteran su composición.
- Higiene excesiva: El uso excesivo de productos químicos para el cuerpo y el hogar puede eliminar bacterias beneficiosas.
- Contexto y cambios de entorno: Viajar, vivir en una ciudad o en el campo también impacta en la microbiota.
- Movimiento: La actividad física regular no solo mejora la diversidad de bacterias beneficiosas en el intestino, sino que también ayuda a reducir la inflamación y favorece el equilibrio general de la microbiota. Estudios han demostrado que las personas activas tienen una microbiota más variada y saludable.
Consecuencias de una microbiota intestinal desequilibrada (disbiosis)
La disbiosis o desequilibrio de la microbiota puede provocar inflamación y se ha relacionado con problemas de salud mental, como ansiedad y estrés, además de enfermedades crónicas y neurodegenerativas. La inflamación es la base que se encuentra detrás de estas enfermedades tanto físicas como psicológicas. La soledad y la impotencia son dos condimentos que también suelen estar presentes.
Cómo cuidar la microbiota
- Alimentación balanceada: Consumir alimentos ricos en fibra, vegetales y fermentados como el yogur o el kéfir. Dieta anti-inflamatoria. Alimentos reales. Lo más importante es el equilibrio y la variedad. No hace falta que te prives de lo que te gusta. Es muy importante comer sin culpa.
- Evitar el uso excesivo de químicos: Utilizar productos de higiene y limpieza con menos químicos. Desodorantes y flúor dental son enemigos de la microbiota. Te recomiendo esta app para saber realmente qué tienen las cosas y elegir con consciencia.
- Contacto con la naturaleza y animales: Permitir el juego de los niños con mascotas y la exposición a la naturaleza enriquece la microbiota.
- Gestión del estrés: Practicar técnicas de relajación, como meditación y respiración profunda, ayuda a mantener el equilibrio. Pero sobre todo, vivir con bienestar. Si sostienes en el tiempo una forma de vida estresante, con prisa, sin disfrute, con tensión, sintiéndote sola o aceptando situaciones que te hacen sentir impotencia, por más que respires, esto seguramente tendrá un impacto en tu microbiota y en consecuencia, en tu salud.
Beneficios de cuidar el microbioma intestinal
- Mejora de la salud mental: La microbiota participa en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina, que mejora el ánimo. Fundamentalmente tener una microbiota equilibrada es el terreno fértil para la resiliencia que te permitirá afrontar las sorpresas de la vida sin grandes consecuencias para tu salud integral.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: Un equilibrio microbiano ayuda a prevenir infecciones y estar fuertes a la hora de defendernos ante una enfermedad.
- Prevención de enfermedades crónicas: Reduce el riesgo de inflamación y, por ende, de enfermedades crónicas.
- Mejoras cognitivas: Una microbiota sana favorece el aprendizaje, la atención y la memoria.
La microbiota es mucho más que un conjunto de microorganismos en nuestro cuerpo; es un ecosistema que influye profundamente en nuestra salud física y mental. Mantenerla en equilibrio no solo previene enfermedades, sino que también mejora nuestro estado de ánimo y bienestar general. Cuidarla es una inversión en nuestra calidad de vida, y adoptar hábitos como una alimentación saludable, el contacto con la naturaleza y el bienestar puede marcar una gran diferencia. Recordemos: nuestro estilo de vida impacta directamente en la microbiota, y con ello, en nuestra salud integral.
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