¿Qué es el Nervio Vago?
El nervio vago, conocido como el «vagabundo del cuerpo», juega un papel fundamental en la regulación de nuestras emociones y en nuestra respuesta al estrés. Conecta múltiples órganos y tiene un impacto directo en nuestra vida emocional y en la forma en que enfrentamos situaciones amenazantes. Es el nervio de los sentimientos físicos y afectivos.

Cuál es su función
Es uno de los 12 pares craneales (nervios que van desde el cerebro al resto del cuerpo) que conectan el cerebro con el cuerpo, enviando señales esenciales para nuestra supervivencia. Es el nervio más largo del cuerpo y conecta el cerebro con el intestino, el corazón, los pulmones y otros órganos importantes, asegurando una comunicación bidireccional entre el sistema nervioso y el resto del organismo. Esta conexión directa con múltiples órganos permite que el nervio vago influya profundamente en nuestras emociones y reacciones físicas. Su actividad es principalmente parasimpática, se ocupa de mantenernos vivas sin que seamos siquiera conscientes de eso. El 80% de sus fibras nerviosas son sensitivas lo que lo convierte en la principal fuente de información sensorial del cerebro, diciéndole en tiempo real, cómo se encuentra el cuerpo. A nivel emocional, para decirlo simple, si está activo, estamos reguladas.
El Nervio Vago y la respuesta al trauma
En el pasado, se creía que solo teníamos dos respuestas principales ante una amenaza: luchar o huir. Sin embargo, ahora sabemos que el nervio vago también permite una tercera respuesta: la congelación o inmovilización, que ocurre cuando no podemos luchar ni huir. Esta reacción es parte de la rama dorsal del nervio vago, la cual, en situaciones de amenaza extrema, nos desconecta para protegernos.
Además, este nervio desempeña un papel importante en la primera respuesta humana ante el estrés: la conexión social. A través de la vía ventral vagal, nuestro cuerpo intenta conectar con otras personas como primer recurso para regularse y sentirse seguro. Es posible «entrenar» a nuestro nervio vago para que nos ayude a gestionar el estrés cotidiano, respondiendo de la mejor manera y manteniéndonos reguladas.
Tipos de respuesta del nervio vago
Ventral Vagal: Esta es la parte más desarrollada y moderna del nervio vago. Nos permite mantenernos conectadas emocionalmente con nosotras mismas y con los demás. La activación de esta vía nos ayuda a sentirnos seguras y a regular nuestras emociones, favoreciendo la conexión social.
Dorsal: La parte más antigua del nervio vago. Ante una amenaza extrema, esta vía provoca una respuesta de inmovilización o congelación, un mecanismo de defensa que apaga el cuerpo para evitar el sufrimiento. Este tipo de respuesta es común en eventos traumáticos en los que no es posible huir o luchar.
¿Es el "sexto sentido"?
Por su capacidad de percibir, entender, responder y procesar sensaciones físicas, algunos autores consideran al nervio vago como un «sexto sentido». Este nervio no solo regula respuestas físicas involuntarias, sino que también interpreta señales emocionales y sociales, lo cual es clave para nuestro bienestar.
Es el nervio que te permite saber lo que sientes y lo que necesitas, estar conectada contigo.
Cómo el estrés afecta al nervio vago
El estrés y ciertos hábitos posturales pueden afectar la actividad del nervio vago:
- Estrés crónico: El estrés constante puede desregular la actividad vagal, afectando nuestro bienestar emocional y físico.
- Postura de la cabeza: Inclinar la cabeza hacia adelante, como en la posición de «mirar el móvil», presiona el nervio vago y reduce el flujo sanguíneo. Esta postura se asocia con síntomas de ansiedad, fatiga e insomnio, exacerbando el malestar emocional.
Cómo hacer que sea tu aliado
Activar el nervio vago es posible a través de prácticas de autocuidado y conexión social. Aquí algunas estrategias efectivas:
- Respiración profunda y consciente
- Meditación
- Paseos en la naturaleza
- Masajes corporales relajantes
- Yoga, tai chi, u otras prácticas de movimiento suave
- Escuchar música relajante
- Repetir mantras
- Socializar en entornos afectivos y seguros
- Estiramientos corporales
- Cantar o tararear canciones
Estas prácticas no solo lo activan, sino que también mejoran nuestro sistema inmunológico y aumentan nuestra capacidad de resiliencia, fortaleciendo el sistema nervioso y ayudándonos a gestionar el estrés y la ansiedad.
Este nervio es una pieza clave en la regulación emocional y en nuestra respuesta al estrés. Su papel en la conexión social y en la respuesta de congelación ante el trauma revela su importancia en nuestra vida emocional y en cómo afrontamos el mundo. Incorporar prácticas que fortalezcan la actividad vagal nos ayuda a mejorar nuestra resiliencia, promoviendo el bienestar físico y emocional.
En mis terapias siempre incorporo herramientas que activan el nervio vago para que puedas aprender a regular tus emociones y tu sistema nervioso.
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